miércoles, 13 de agosto de 2008

Los niños son como los árboles

«Los niños son como los árboles: no hay que estirarlos para que crezcan»

«Hay que respetar el ritmo de desarrollo de cada crío; si llora y no quiere ir a la escuela, hay que esperar>>

González dice que «hay que amar sin miedo a malcriar». / EL CORREOYolanda González es una psicoterapeuta vitoriana que vive a caballo entre Alicante y San Sebastián. Es especialista en prevención infanto-juvenil y enseña a profesionales de la salud y a profesores cómo tratar a los niños. El pasado día 12 inauguró las Jornadas de Educación y Crianza que cada sábado, hasta finales del mes que viene, se celebrarán en el centro cívico de Lakua. Habló sobre 'La autoregulación como base de la crianza de los niños y niñas'.

-¿Autoregulación?

-Se trata de respetar el ritmo de desarrollo biológico y psicoafectivo de cada niño.

-Parece que cada vez es más difícil criar a los hijos.

-No es así. Ahora, la sociedad marca unas pautas para el desarrollo psicoafectivo; por ejemplo, quitar el pañal a los dos años o escolarizar a los tres, independientemente de que el niño esté o no maduro.

-¿Y eso está mal?

-Yo no soy nadie para decir qué está mal. Pero lo que hay que hacer es respetar el ciclo madurativo del niño. Igual que con un árbol: no se estira para que crezca.

-¿Cuándo hay que escolarizar entonces a un niño?

-Cuando esté preparado. Si tiene dos años y se agarra al cuello de la madre, y llora, y no hay manera de que entre, hay que esperar.

-¿Y si sigue pasando eso mismo cuando tiene cuatro años?

-Igual es que sigue sin estar preparado. No pasa nada por esperar a que cumpla cuatro años y medio. Cada niño es distinto y hay que respetar sus ritmos. Hasta los tres años la base es la familia y, a partir de esa edad, ya pueden estar maduros para socializar, para ir a la escuela. ¿Por qué escolarizar a un niño cuando hay llanto?

-¿Y si con cinco años sigue llorando porque no quiere ir a la escuela?

-Eso no es frecuente. Si pasa, habría que ir a una consulta. Pero lo normal es que se adapte en cuestión de meses, de manera progresiva.

Conciliación laboral

-Eso está bien para quien pueda permitírselo. Pero hoy las madres también tienen que ir a trabajar. ¿Hay que hipotecar la vida laboral para cuidar de los hijos?

-La maternidad tiene una función social. Las mujeres que quieran trabajar y dejar a su bebé a los tres meses, que lo hagan. Pero quienes quieran quedarse con el hijo, acompañarlo en este proceso, deben tener la posibilidad legal de hacerlo. Al menos, durante el primer año. Y, si se puede alargar el tiempo con excedencias hasta los dos años, mucho mejor. A partir de esa edad, el bebé ya puede compartir el tiempo con otra persona.

-Volvamos a cómo criar a los hijos. Por lo que ha dicho antes, da la impresión de que hay que hacerles caso en todo.

-Antes, los pediatras decían que el biberón se debía dar cada cuatro horas, y entre medias ya podía llorar el bebé lo que quisiera. Ahora se sabe que la lactancia debe ser a demanda, el bebé es el que sabe si tiene hambre.

-También se decía que había que dejarlos llorar por la noche y dormir en habitaciones diferentes.

-Eso ya tiene que estar superado. El sentido de dormir con los padres es antiquísimo. No estaríamos aquí si las madres de la prehistoria hubieran dejado solos a sus hijos; se los hubieran comido los depredadores. Si el niño llora por la noche es porque necesita algo, y si no se le hace caso lo que siente es abandono.

-Parece que está a favor de malcriar a los niños.

-Hay que amar sin miedo a malcriar, porque la dependencia no se crea, sino que se nace dependiente. Y es cuando se satisfacen esas necesidades cuando se deviene independiente. Si se les empuja a la independencia de manera precipitada nunca dejarán de ser dependientes porque se crea un vínculo inseguro. El que tiene un vínculo seguro es el que ha sido satisfecho de pequeño.

No es una moda

-¿Y qué quiere decir tener un vínculo seguro? ¿En qué se nota eso?

-Ahora estamos intentando crear superhombres a costa de someter a los niños a carencias afectivas durante la infancia. Hay que hacerse la pregunta, ¿es esta la sociedad que queremos: agresiones, guerras, violencia de género...? Hay que crear modelos educativos más saludables, no basados en el autoritarismo ni en la permisibidad absoluta. Se trata de crear una democracia en casa y en la escuela para que el día de mañana el niño sepa resolver conflictos.

-¿Quién nos dice que todo eso no es una nueva moda y que, dentro de unos meses, no se vuelve a decir que los niños necesitan independencia, disciplina, comer a las horas y dormir solos?

-Eso no es una vuelta al pasado, sino algo basado en estudios recientes que demuestran la importancia de preservar el vínculo durante los primeros años con el padre y con la madre. Más vale invertir tiempo en la primera infancia que luego andar de psicólogos con el hijo adolescente y poner parches a las drogas, la violencia en las aulas... Una moda era salir del hospital con un biberón y leche maternizada; eso es lo que interesa a las farmacéuticas.

YOLANDA GONZÁLEZ, PSICOTERAPEUTA ESPECIALISTA EN PREVENCIÓN INFANTIL Y JUVENIL
http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20080128/alava/ninos-como-arboles-estirarlos-20080128.html

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